Conversaciones difíciles
Las personas tejemos nuestras vidas con palabras, son nuestras palabras (o la falta de ellas) las que conforman el camino; así antes de entrar en una conversación difícil hagámonos algunas preguntas.
¿Cuál es el objetivo para tener la conversación? ¿Qué esperamos lograr? ¿Cuál sería el resultado ideal?.
¿Qué estamos presuponiendo acerca de las intenciones de la otra persona?
¿Estoy actuando por lo que oigo o por lo que esta conversación me recuerda de la ya vivido?
¿Quién es el "adversario"?
¿Qué piensa él de esta situación? ¿Cuáles son sus necesidades? ¿y sus temores?
¿Existen intereses comunes? ¿Podría haberlos?
¿Cómo hemos contribuido a la creación de esta situación?
Aplicando los principios y características del proceso de mediación debemos seguir los siguientes pasos para alcanzar el entendimiento:
Cultivar en nuestro mensaje una actitud de descubrimiento y curiosidad.
Reconocer a la otra persona. El reconocimiento significa mostrar que hemos oído y entendido.
Dar la oportunidad a nuestro oponente de expresar toda su energía sobre el tema que nos ocupa.
Una vez nos hemos escuchado estaremos listos para comenzar a trabajar en posibles soluciones.
El arte de la conversación es como cualquier arte - con práctica continuada se adquiere la habilidad y facilidad.
